Rainier María Rilke
YO TENGO CASA ENTRE EL DÍA Y EL SUEÑO1
Yo tengo casa entre el día y el sueño;
allá donde duermen los niños ardorosos del juego;
allá, donde los viejos se sientan a la noche,
y los hogares arden e iluminan la estancia.
Yo vivo entre el día y el sueño;
allá, donde se apagan las campanas del véspero,
y las muchachas, confusas por el sonido exangüe,
se apoyan fatigadas al borde de la fuente.
Y es el tilo mi árbol más amado,
y todos los veranos que en él guardan silencio
se agitan nuevamente en las mil ramas
y nuevamente velan entre el día y el sueño.
ICH BIN ZU HAUSE ZWISCHEN TAG UND TRAUM
Ich bin zu Hause zwischen Tag und Traum
Dort, wo die Kinder schlaefern, heiss vom Hetzen,
dort, wo die Alten sich zu Abend setzen
und Herde gluehn und hellen ihren Raum.
Ich bin zu Hause zwischen Tag und Traum.
Dort, wo die Abendglocken Klar verklangen
und Maedchen, vom Verhallenden befangen,
sich muede stuetzen auf den Brunnensaum.
Und eine Linde ist mein Lieblingsbaum;
und alle Sommer, welche in ihr schweigen,
ruehren sich wieder in den tausend Zweigen
und wachen wieder zwischen Tag und Traum.
1 Rainer Maria von Rilke (4 de diciembre de 1875, en Praga, Bohemia, República Checa, anteriormente Checoslovaquia – 29 de diciembre de 1926, en Val-Mont, Suiza). Publicado en Poetas Alemanes 1, traducción de Dorotea Patricia Latz, Ed. Yunque, Barcelona, 1939.
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José Ángel Valente
EL SUEÑO 2
Por una espesa y honda
avenida de árboles que unen
en lo alto su copa y pesadumbre
el sueño avanza.
Abre sus grandes alas,
sus poderosos brazos
de lenta sombra y noche grande: cierra
contra todo horizonte.
En el centro del aire
cabecea un navío,
rodeado de enormes
territorios de sueño.
El sueño avanza: pone
su silenciosa planta
en el umbral de nuestra
transitoria vigilia.
Acaricia y golpea,
llama con voz suave
y entra como un río
de seguro poder.
El sueño halaga,
porfía y nos rodea,
hasta que al fin caemos
en su seno girando
como plumas, girando
interminablemente.
Esta es la inerme paz, la sosegada
mentira de la sombra.
El sueño multiplica
su rostro en un espejo
sin fin: vértigo quieto, inmóvil
torbellino.
¡Gritad! Pero no; el grito
es también sueño. Ahora su dominio.
Potestad de la noche.
2 José Ángel Valente (Orense, 25 de abril de 1929 – Ginebra, 18 de julio de 2000). Poema perteneciente a Poemas a Lázaro. Publicado en Obra poética I. Punto cero (1953-1976), Alianza, Madrid, 1999.