El niño en silencio: Comunicación más allá de las palabras
Editado por Jeanne Magagna y Marie Saba Veile
Ed. Karnak
Pendiente de publicación, Herder Editorial, 2017.
El niño en silencio es un libro valioso, tanto a nivel teórico como clínico, para la comprensión compasiva y con insight de niños y adolescentes que han dejado de hablar, comer o caminar. Trata de entender el silencio como retiro y como demanda. Propone formas de tratamiento tal como indica el subtítulo “más allá de las palabras”, de forma original, creativa y de gran valor didáctico.
Contiene una gran variedad de ejemplos clínicos y su tratamiento con psicoterapia psicoanalítica. Recoge aportaciones de las neurociencias y de la observación de bebés, así como las aportaciones de un amplio equipo multidisciplinar con profesionales que proceden de la enfermería, la fisioterapia y el psicoanálisis, sean profesionales en formación o de larga trayectoria profesional.
Este libro, editado por Jeanne Magagna en 2012, ha sido traducido en 2015 para su difusión en lengua española gracias a la edición conjunta con María Saba Veile. Representa la culminación del extenso trabajo docente, teórico y clínico de Jeanne Magagna como terapeuta de niños, adolescentes y adultos. Utiliza su amplio conocimiento y experiencia clínica de un modo creativo, abarcando la supervisión del equipo de profesionales y el trabajo multidisciplinar. Los clínicos co-autores aportan una interesante perspectiva teórica y práctica presentando su trabajo y hablando de sí mismos, de sus esfuerzos para mantenerse en contacto y en comunicación terapéutica con el paciente.
Está dedicado a Anne Álvarez, supervisora, y a Brian Lask y David Wood, que impulsaron a Jeanne Magagna a escribirlo. Se trata de un esfuerzo multidisciplinar que refleja un trabajo compartido con los miembros del equipo. El resultado es una obra original y rigurosa que agrupa y vincula múltiples aspectos y sensibilidades a lo largo de toda una trayectoria profesional en contacto con el sufrimiento humano. Uno de los aspectos más interesantes y creativos es el uso de la observación de bebés de forma minuciosa y detallada para la comprensión compasiva del niño silente. También es esencial la comprensión del uso de la transferencia y sobre todo de la contra transferencia en el terapeuta para dar sentido a las señales que recibe de parte del paciente (pág. 344): “Mi experiencia contra transferencial fue la base para la comunicación con la paciente”.
El libro ayudará a padres y profesionales a comprender las dificultades de los niños que dependen de otros para comunicarse. Nos habla del silencio, de la retirada de la vida como expresión del sufrimiento y del temor al cambio. Nace de la necesidad de pensar y describir algunas intuiciones sobre cómo podemos trabajar con niños en regresión emocional que entran en el hospital con los ojos cerrados, con sus cuerpos inmóviles, rechazando la alimentación y habiendo dejado de hablar.
La primera parte introduce la base teórica y técnica, los principios fundamentales para la comprensión del niño más allá de las palabras. Bryan Lask inicia esta primera parte con “El sonido del silencio” mediante una minuciosa exploración de la comunicación a través del silencio, dando sentido a la escucha, a los diversos elementos comunicativos que circulan a través del cuerpo, del contacto visual, de la apertura a través de la posición corporal. Se ilustra con un ejemplo clínico de una chica de 13 años, en el que se explicita este proceso y podemos sentir como se va abriendo progresivamente una vía de comprensión y comunicación.
Prosigue el libro con un capítulo que es el testimonio impresionante de la madre de un niño de ocho años y el largo viaje de toda la familia y en especial de ella misma para comunicarse con su hijo y cómo encontró en la escritura una forma de asimilar las experiencias dolorosas.
Jeanne Magagna relata en esta primera parte, en el capítulo tres, como aplica la observación de bebés al trabajo con niños silentes para promover una relación de comprensión. Examina en detalle cinco estados diferentes de la mente que pueden estar en la base del silencio y traza los vínculos entre la observación del bebé con su madre y el trabajo terapéutico con las partes infantiles y maduras del niño silente. Magagna (pág. 65): “En cada momento del encuentro terapéutico (…) se le pide al terapeuta transformar las experiencias incipientes no simbolizadas en pensamientos adecuados para que la comprensión compartida pueda emerger”.
La segunda parte está dedicada al trabajo clínico de psicoterapia psicoanalítica con niños pequeños. El capítulo seis muestra la evolución de los patrones de contención parental que se ilustran a partir de la terapia de un niño que se comunica a través del no comer y no hablar. La terapia familiar y las relaciones familiares internalizadas están siempre presentes en el enfoque terapéutico de cada caso.
En el capítulo siete, Magagna describe cómo usa su voz de diversas maneras para acercarse a una comprensión compasiva de la niña. Relata con detalle y gran sensibilidad la psicoterapia psicoanalítica modificada de Nina, que a los cuatro años presentaba problemas físicos, bajo peso, y expresaba su sufrimiento sin dormir ni comer y apenas hablaba. Inicia una terapia que se realiza con la presencia de la madre adoptiva. Terapeuta y madre trabajan conjuntamente para conocer a Nina más profundamente y poder responder de forma personal a su comunicación sin palabras. Se trata de una presentación clínica en la que se describe la técnica, los conceptos, los fundamentos teóricos kleinianos y la comprensión de las bases neuropsicoanalíticas, así como el proceso terapéutico en sus diferentes fases en el que Jeanne nos relata cómo Nina ha comenzado su viaje personal para conseguir tener una voz propia.
La tercera parte del libro está orientada al tratamiento de jóvenes. Explora la comunicación no verbal en el autismo en un grupo de jóvenes hospitalizados, a través de las exploraciones familiares, entendiendo que uno de los objetivos principales en la evaluación individual es entender la naturaleza de las relaciones familiares internalizadas. Jeanne Magagna afirma que además de la psicoterapia individual, para un niño que no habla o no come, es esencial un trabajo terapéutico regular con la pareja parental. Para ello establece una exploración familiar extensa que permite expandir el espacio de pensamiento familiar describiendo los objetivos de la exploración y las técnicas que utiliza. Destaca en esta segunda parte el relato clínico de una adolescente de 17 años titulado “Forzada a morir”, en el que Magagna describe de forma amplia el trabajo del equipo médico, psiquiatras, enfermeras, etc., con la madre, a nivel de orientación, supervisión y psicoterapia. Se trata de un testimonio clínico con un componente emocional impresionante.
Contrariamente al criterio de que la psicoterapia es solo aplicable en los trastornos neuróticos de niños que pueden simbolizar y expresarse verbalmente, Jeanne Magagna sostiene una opinión distinta (pág. 333): “Todo niño, bien pueda hablar, pensar, o se encuentre físicamente sano, posee el derecho de contar con la presencia reflexiva y reguladora de una persona que le acompañe durante el aterrador viaje que constituye la enfermedad mental”.
Tiene gran interés dar a conocer al mundo de habla hispana la experiencia docente y clínica con los pacientes en silencio, el trabajo que ha realizado la autora a lo largo de una trayectoria profesional extensa y reconocida en el ámbito profesional.
Agradecemos a Jeanne Magagna y Marie Saba Veile su edición en lengua española, ya que nos acerca a un enorme trabajo de gran valor clínico, didáctico y nos permite conocer una experiencia de pensamiento en equipo multidisciplinar, valiosa y creativa. Se trata de un trabajo honesto, realizado con seriedad y rigor. Muestra una gran comprensión del sufrimiento del niño y su familia así como su compromiso con los pacientes. También dispone de una bibliografía muy extensa y cuidadosamente referenciada.
Antònia Llairó
Psicóloga Clínica y Psicoanalista SEP-IPA
antonia.llairo@gmail.com