Descargar el artículo

Mig pa i una flor
Esperança Castell
www.editorialmeteora.cat

 

Medio pan y una flor son las dos cosas que compró un granjero muy pobre cuando fue al mercado después de haber ahorrado un dinero.

Cuando volvió a la aldea los vecinos le preguntaron: “¿Cómo es que solo traes algo de pan y por qué una flor? Con el hambre que pasas, ¿cómo es que te gastas el dinero en una flor?”

El granjero les respondió: “He comprado algo de pan porque lo necesito para vivir y he comprado la flor porque necesito una razón para vivir”.

De esta leyenda existen muchas versiones locales, algunas de las cuales quizá conozca el lector. Los cuentos y las leyendas míticas nos abren el mundo a la existencia del misterio que pervive bajo la apariencia con la que se manifiesta la realidad.

Ronny Someck (1951) es un poeta nacido en Bagdad que fue invitado al XX Festival de Poesía de la Mediterrània. En una entrevista[1] explicó este cuento popular hebreo. Añadió que para él la poesía era la flor. Miquel Martí i Pol[2] cita al poeta español José Hierro cuando dice que el poeta no es alguien con más sensibilidad que las otras personas sino alguien que intenta fijar el instante en el que vive. Permítame el lector que haga una analogía con el trabajo analítico en el sentido que al trabajar en el “aquí y ahora”, no dejamos escapar el momento que vivimos con el paciente, lo “retenemos” expresándolo con palabras.

Bien es sabido que la poesía contiene el germen de un proceso de comunicación de tal manera que el poema no se cumple en toda su potencialidad si no llega a un lector/a que libremente asuma su parte en este proceso y lo complete. Aquí radica mi agradecimiento al consejo editor de Temas de Psicoanálisis porque facilitan una vez más, que algunos de los poemas de “Mig pa i una flor” puedan llegar, traducidos al castellano, a nuevos lectores.

El hecho de que un poema sea leído no garantiza que se produzca el encuentro poético entre poeta y lector. Mig pa i una flor comienza con un poema-pórtico que habla de las expectativas de la autora: que los poemas resuenen en la mente del lector para desvelar sensaciones, sueños, intuiciones, nuevos pensamientos que le conecten con su propio mundo interior. Pero este deseo, como ya anuncia el mismo poema, se encuentra en una encrucijada.

Pienso ahora que, en el caso de una interpretación analítica, también existe una encrucijada parecida, debido a que no podemos saber con antelación, cuando la formulamos, si tendrá lugar este encuentro fértil entre el analista y el analizado.

El libro contiene cincuenta y cinco poemas escritos del 2017 al 2019. El poemario se estructura en cinco apartados que representan las estaciones del año, unos ciclos que se repiten, de manera que cada final lleva implícita una nueva pregunta, una semilla que nos interpela. En el libro se nombran como Escardar la memoria, Florecer del agua, Pervivir en el gesto, Conducir el arado. Y nuevamente, Escardar la memoria. En el anverso de las hojas que separan cada parte, se puede leer un fragmento de una prosa de Perejaume[3], artista y poeta, así como un haikú de Jordi Sala Morell[4], psicoanalista y poeta.

El libro no sería lo que es sin las imágenes-poemas de Elena Fieschi, psicoanalista, a quien agradezco sus aportaciones por la sensibilidad poética que destilan. Cada una de las cinco pinturas se incluye al final de cada apartado.

Los poemas traducidos a continuación pertenecen indistintamente a cada una de las cinco partes.

No quisiera acabar sin agradecer al poeta y amigo Carlos Díez la traducción al castellano de los poemas.

 

Fins al cel

Des que vas començar a caminar,
se t’oferia irresistible el gronxador
damunt la gespa del pati.

Anem-hi, em dius.

Vols que t’empenyi «Fins al cel».

 I mentre voles alt,
una i altra vegada,
s’arrelen profundes a la terra
vivències que germinen.

 

Hasta el cielo

 Desde tus primeros pasos
sobre la hierba,
se te ofrecía irresistible el columpio.

Vamos, me dices.
Quieres que te empuje “Hasta el cielo”

Y mientras vuelas alto
una y otra vez,
arraigan profundas en la tierra
vivencias que germinan.

 

Mots

Sense que ens n’adonem,
els mots fan per trobar-se.
Conversen entre ells:
no saben qui són,

quina relació́ tenen.
Es pregunten quin és
el sentit que els guia,
a quines idees serveixen.

Cerquen l’alè̀ que els respira.

Els uns, desbocats, fugen;
altres s’aïllen impotents,
invertebrats.
N’hi ha que viuen apilats

dins d’una gàbia.

Són molts que demanen
uns llavis que els diguin.

N’hi ha que no poden néixer.

 

Palabras

Sin que nos demos cuenta
se buscan entre sí las palabras,
hablan entre ellas:
no saben quiénes son,
qué relación tienen.
Se preguntan
qué sentido las guía,
a qué ideas sirven.

Buscan el aliento que las respira.

Unas, desbocadas, huyen;
otras se aíslan impotentes,
invertebradas.

Algunas viven amontonadas
dentro de una jaula.
Son muchas las que piden
unos labios que las pronuncien.

Algunas ni alcanzan a nacer.

Quin és el cost d’aquesta pau?
Fes recompte
de les renúncies escollides,
de les derrotes que t’han obligat

a abaratir els somnis.

¿Cuál es el coste de esta paz?
Haz balance
de las renuncias escogidas,
de las derrotas que te han obligado
a rebajar los sueños

 

Botons

Creus que hi ha coses,
viscudes i apreses,
que és millor no dir.

Tal vegada et cal
desar a casa
les teves experiències

com fas amb els botons
que s’han extraviat.

Si algú te’n demana un

li obriràs el calaix
i escollirà el que faci joc

amb el color
          de la seva camisa.

 

Botones

Crees que hay cosas,
vividas y aprendidas
que es mejor no decir.
Tal vez necesites
guardar en casa
tus experiencias
como haces con los botones
que se han desprendido.

Si alguien te pide uno
le abrirás el cajón
y escogerá el que haga juego
con el color
de su camisa.

 

Deute

Calia buidar i vendre la casa.
Triàvem les peces valuoses
del seu moble del menjador.

Abans d’embolicar l’última tassa
del joc xinès de porcellana
unes gotes de cafè al fons
es resisteixen a marxar.

Ens fan notar sense rancúnia
les nostres passes apressades
el nostre gest indiferent,
les llàgrimes que no hem vessat.

 

Deuda

Había que vaciar y vender la casa.
Escogíamos las piezas valiosas
de su mueble del comedor.

Antes de envolver la última taza
del juego de porcelana china
unas gotas de café en el fondo
se resisten a desaparecer.

Nos advierten sin rencor
de nuestra impaciencia,
de nuestro gesto indiferente,
de las lágrimas no lloradas.
La deixa

Afegim-nos a la rua acolorida
que ens crida des del carrer.
Anem fins a la plaça
princeses de quatre anys,
fades bones i cavallers.
 

Giravoltem amb llargs vestits,
cabells trenats amb violetes.
Les mans a vessar de promeses,
de frèsies que guspiregen.
 

Avui torno a la plaça.
A la font bec aigua
de roses i d’espines
que els anys viscuts
ens deixen.

On són les princeses?

A l’aire, un perfum subtil de violetes.
Als ulls, la bellesa,
la llum intacta

de la mirada primera.

 

El legado

Unámonos a la rúa de colores
que nos llama desde la calle.
Vamos hasta la plaza
princesas de cuatro años,
caballeros y hadas buenas.
Revuelo de largos vestidos,
cabellos trenzados con violetas.
Las manos, rebosantes de promesas,
de fresillas que centellean.

Hoy vuelvo a la plaza.
Bebo agua en la fuente
de rosas y espinas
que los años vividos
nos dejan.

¿Dónde están las princesas?

En el aire un perfume sutil
de violetas. En los ojos,
la belleza, la luz intacta
de la primera mirada.

 

Esperança Castell Rodriguez
Psicoanalista y poeta.

 

[1] El periodista Pere Antoni Pons realizó la entrevista que fue publicada por el periódico Ara Balears el 13 de abril de 2018.

[2] Miquel Marti i Pol (2000) Què es la poesia?. Barcelona. Empúries pp.44

[3] Perejaume, Paraules locals, Tushita edicions, 2015.

[4] Cada haikú forma parte de un conjunto titulado “Figures de un silenci”, inspirados en sentimientos y recuerdos vividos en relación con el Dr. Pere Folch i Mateu (1919-2013) cofundador de la SEP. Se integran en el disco Música i paraules (2016) compuesto por Jaume Aguilar Matas, psicoanalista y compositor musical.