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Clínica del Significado. El vértice Bion/Meltzer  
Carlos Tabbia 
Ed. Asociación Psicoanalítica Argentina, 2021 

El Fondo editorial de la Asociación Psicoanalítica Argentina publica cada año un libro que refleja la actualidad del debate en psicoanálisis. En el año 2021 ha publicado Clínica del Significado. El vértice Bion/Meltzer.

El autor, Carlos Tabbia, es Doctor en Psicología por la Universidad de Barcelona (España); licenciado en Filosofía y en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina) y psicoanalista y psicólogo especialista en Psicología Clínica de la European Federation for Psychoanalitic Psychotherapy (EFPP). Es miembro fundador del Grupo Psicoanalítico de Barcelona, grupo creado por discípulos de Meltzer. Este grupo se formó con Meltzer y estuvo activo desde el año 1986 hasta 2004. Es autor de numerosos artículos en diferentes revistas especializadas y de libros editados por Spatia.

El libro que aquí reseñamos es la última publicación de Tabbia, que tal y como sugiere el título, es una integración de la perspectiva de dos autores centrales en el pensamiento psicoanalítico contemporáneo. La portada atrae, de entrada, nuestra atención. Es la reproducción de una obra de Remedios Varo, pintora surrealista española exiliada en México, “Mujer saliendo del psicoanalista” (1960). Una imagen vale más que mil palabras. Ciertamente, esta imagen, según mi opinión, condensa todo lo que esta obra desplegará con “mil palabras”. Si bien, es una imagen polisémica, comentaré solo algunos aspectos que me parece que están estrechamente vinculados al contenido de este libro.

 Envuelta en una túnica verde con la mirada dirigida hacia donde ha salido, sostiene en sus manos una cabeza invertida que sugiere que se deshace de ella tirándola al pozo. Observando más atentamente vemos en su pecho una máscara, parecería su propia máscara. Podemos deducir, y vinculando estas asociaciones a las reflexiones que nos sugiere este trabajo, que el personaje de esta ilustración sale de una sesión psicoanalítica donde ha ocurrido un encuentro analítico creativo que le permite la emergencia de un self más genuino al liberarse de aquellos objetos internos que obstaculizan el crecimiento mental. Podríamos ver otros detalles de esta obra, sin embargo, estos dos aspectos que menciono (la máscara y la cabeza invertida) ya expresan explícitamente la función que tiene un proceso analítico cuando la díada analítica se encuentra en la intimidad de una relación respetuosa, comprometida tal como lo sugiere Tabbia en la última sección de su libro que titula “la tarea del analista”.

Y luego de estos comentarios en relación con la portada, me adentraré en la lectura de la obra. 

 El índice es detallado y nos orienta en el texto situándonos en el marco teórico desde donde se desplegarán los diferentes conceptos claves y fundantes del vértice postkleiniano, explicados con claridad didáctica. La bibliografía al final de cada capítulo facilita al lector la búsqueda de referencias, como también el minucioso índice temático. 

En las primeras páginas de este libro hay una referencia a un texto de A. Tapies, pintor vanguardista catalán. Este texto se titula “El juego de saber mirar”, y nos invita a mirar los objetos: 

… Mira el más sencillo de los objetos. Tomemos por ejemplo una vieja silla. Parece que no es nada. Pero todo el universo que incluye las manos y los sudores cortando la madera que un día fue árbol robusto, lleno de energía, en medio de un bosque frondoso en unas altas montañas, el trabajo amoroso de quien la construyó, la ilusión de quien la compró, los cansancios que ha aliviado, los dolores y alegrías que habrá aguantado, quién sabe si en grandes salones o en pobres comedores de barriada (Tabbia, 2021, pág 24). 

Sin duda para mí fue inevitable asociarlo a la construcción de este “libro silla” de Tabbia. Escribir es en sí mismo una labor artesanal que va hilvanando sensaciones, intuiciones, ideas que con un trabajo tanto doloroso como gozoso, va dando forma a un pensamiento que encontrará en su palabra escrita su realidad comunicativa. El autor nos ofrece este producto resultado de una larga historia surgida de estos árboles fundamentales que, según él “son los cuatro jinetes del descubrimiento de la vida mental” refiriéndose a Freud, Klein Bion o Meltzer, tal como lo recuerda A. Hahn en el prólogo. 

Tabbia nos brinda el trabajoso y lento proceso de ir haciendo suyas las grandes aportaciones de estos autores. Pero sin duda, en ese bosque no hay solo estos “árboles”. Hay muchos otros que también están presentes en la construcción de  este “libro-silla”, filósofos como Levinas, Scheler, Wittggenstein; poetas como  Garcia Lorca o Machado; novelistas como R.L Stevenson, Vargas Llosa o Beckett Compañeros de viaje con quienes habrá compartido, seguramente, apasionadas discusiones, sus pacientes y todas aquellas experiencias que van tejiendo la textura de los contenidos de esta obra. 

El discurso del autor se va desplegando a partir de la nosología psicoanalítica postkleinana hasta concluir con reflexiones sobre la tarea del analista. En ese camino nos vamos encontrando un discurso deductivo con las dudas, las preguntas y las conclusiones de los conceptos más específicos propios de esta perspectiva, ampliados por los casos clínicos que desglosa con detalle. Durante la travesía la “silla” adquiere una significación privilegiada cuando se manifiesta en “el trípode de la clínica psicoanalítica”; allí el autor explora “la estructuración de la personalidad”, el desarrollo del “pensamiento” y las condiciones de la “intimidad”. Y siguiendo el texto de Tapies citado por Tabbia:

Dejaos llevar plenamente por todo cuanto hace resonar dentro de vosotros lo que nos ofrece la mirada como quien va a un concierto con el vestido nuevo y el corazón abierto con la ilusión de escuchar, oír sencillamente con toda la pureza sin querer a toda costa que los sones del piano o de la orquesta hayan de representar forzosamente un determinado paisaje (Tabbia, 2021, pág 24).

Este texto del inicio del libro lo encontramos expresado de otra manera en la cita del filósofo Buber (pág. 401) que menciona Tabbia en su último capítulo: “Sólo puede conocer la totalidad de la persona y, por ella la totalidad del hombre, si no deja fuera su subjetividad ni se mantiene como espectador impasible”. No sé si es casual o no, que el autor haya elegido estas dos citas, una que abre y la otra que cierra este texto. 

A mi entender es una manera de subrayar, desde otras perspectivas, la implicación del analista en el encuentro analítico: disponible al encuentro sin ser espectador impasible y con la ilusión de escuchar. 

 Creo que citar a estos autores es una muestra de la convergencia con otras disciplinas, en este caso la filosofía de Buber y las artes plásticas de Tapies, en la comprensión de la naturaleza humana. 

En conclusión, Tabbia nos ofrece cómo ha ido construyendo su elaboración desde las diferentes fuentes del psicoanálisis contemporáneo, como también desde otras disciplinas humanistas.

Para aquellos lectores conocedores de las últimas aportaciones de la teoría y la clínica postkleiniana, esta obra puede inspirar nuevas asociaciones, nuevos puntos de vista. Para los lectores que se inician en esta aventura, esta obra invita a adentrase en el bosque para encontrar poderosos y generosos árboles fundantes. Sin duda es una buena bitácora. La metabolización de conceptos teóricos complejos, y al mismo tiempo básicos, facilita los pasos iniciáticos de un largo proceso de aprendizaje de una profesión en continua construcción. Sin duda la lectura sosegada e interesada de este libro de 444 páginas dará lugar a nuevos pensamientos que encontrarán su lugar en la literatura psicoanalítica.

 

Eileen Wieland 
Psicoanalista SEP -IPA  
eileen.wieland@gmail.com