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Le agradezco a Antonio Pérez-Sánchez y a la Sociedad Española de Psicoanálisis la invitación para participar en este Encuentro Ibérico.

Me gustaría decir que es un honor para mí la posibilidad de participar en la construcción de este diccionario.

Esta participación ha introducido cambios en mi experiencia en la tutoría de seminarios en el Instituto de Psicoanálisis de Oporto y en el contexto de la formación analítica.

¿Qué cambios?

Después de haber integrado el equipo de colaboradores del IRED, hemos pasado a usar entradas del IRED en los seminarios. 

En la preparación de estos seminarios, al leer textos procedentes de diversos diccionarios o manuales, he empezado, sin darme cuenta de ello claramente, a prestar una atención sistemática a las referencias que los autores hacen a otras obras y a sus sugerencias de otras lecturas. Desde mi perspectiva, los resultados de este trabajo pueden ser más interesantes cuando los presentan compañeros séniores, en la formación analítica. Creo que en este contexto en particular, los candidatos valoran esta apertura y esta mayor contextualización.

He sentido alguna insatisfacción con los diccionarios que suelo usar, en relación con lo que ahora me parece un punto débil: no ser interregionales y estar de alguna forma marcados por la zona de origen de cada autor, a pesar de sus enormes erudiciones y conocimientos.

Esto me llevó a pensar que sería mucho más interesante que existieran más entradas disponibles para usar en la formación y en la información, de los nuevos interesados en el psicoanálisis.

Pero nada de esto es suficiente para explicar mi motivación para hablar en esta presentación sobre el cambio introducido por el IRED en la formación. Este cambio está relacionado con un gran conjunto de nueva información, nuevas perspectivas para presentar antiguas controversias, conexiones encontradas y puestas a nuestra disposición a través de las entradas y la búsqueda del punto de vista de la historia de los conceptos. Todo esto me ha sorprendido más debido a su fecundidad, cuando han sido puestas a prueba en el contexto de la enseñanza, en el que la construcción del IRED surge como un lugar inestimable para generar un cambio. Un cambio del clima del debate teórico y clínico entre los psicoanalistas. 

Me sorprendió comprobar que las entradas, con su profundidad de análisis, alcance y claridad, se podían usar como un recurso conciso, pero riquísimo y estimulante, con mucha información nueva y otra que no se puede consultar fácilmente en un único recurso.

Ahora voy a contar una breve historia.

Cuando pensaba sobre lo que podría comunicaros, recordé algo que quedó grabado de mi participación en el Congreso de la Federación Europea de Psicoanálisis, en 1999, en Berlín.

En uno de los paneles del congreso, durante la parte de preguntas que surgieron de la audiencia, de repente una compañera se dirigió a otro psicoanalista que acababa de hablar. Le preguntó por qué seguía usando el término “X”, ya que en un congreso anterior se había decidido que, a partir de ese momento, “X” se debería sustituir por el término “Y” para designar un determinado concepto.

Con esta breve pregunta que escuché en 1999, entendí que se había intentado uniformizar la denominación de un determinado concepto, situación en la que existían defensores de ambas denominaciones. Y que, según la opinión de la compañera que hizo la pregunta, ya se había llegado a un acuerdo para que prevaleciera la denominación “Y,” la que evidentemente le parecía mejor.

Al pensarlo ahora, me da la sensación de que existía una esperanza de que un debate, en un congreso, podría establecer o definir la elección de un determinado término para un concepto y que, a partir de ese momento, “todos” los psicoanalistas lo aceptarían.

En aquel momento me pareció una pregunta importante. Y ahora me sigue pareciendo importante, porque veo que era una forma de intentar hablar sobre una tensión, sobre un conflicto que existía.

Y, ¿qué tiene esto que ver con el Diccionario Enciclopédico Interregional de la IPA?

Teniendo presente mi entendimiento de la metodología de construcción del IRED, se me han hecho evidentes las diferencias entre esta metodología y los intentos del tipo de la historia que acabo de contar.

En aquella época, quizás yo prefería una integración más rápida. Sería tendencialmente más intelectualizada, sin la profundidad de escucha necesaria y por ello, más frágil. Sin la integración de las repercusiones de otras áreas “integration of the resonances of other áreas” (Bolognini, 2021). Ahora soy más consciente de que me interesa tener el sentimiento de formar parte y seguir perteneciendo a la gran comunidad de psicoanalistas de la IPA, además de que soy responsable por el mantenimiento de este sentimiento de pertenecer y poder pertenecer, sin que esto ejerza una violencia excesiva sobre mí misma. 

La metodología diseñada para la construcción del IRED, además de muchos y diversos otros aspectos, permite, en mi opinión, evitar que nuestro deseo de más unidad o más integración (que nunca pueden ser perfectas) desemboque precisamente en el ejercicio de una violencia evitable de unos sobre los otros a propósito de cuál es la mejor teoría o la mejor versión de un concepto. 

El hecho de que en la construcción de este diccionario no se haya intentado alcanzar la integración a cualquier precio de las “variantes” del concepto, el hecho de que este no sea un fin absoluto permite una total representación de los conceptos, presentados por los borradores regionales, uno de los principios guía de la construcción del IRED.

En el IRED, la integración de diferentes perspectivas sobre un concepto también se señala como meta, pero se acepta la posibilidad de que esta meta no se alcance totalmente. Partiendo de la historia que he contado antes, presenciada en el congreso de Berlín, podemos incluso decidir adoptar los términos X e Y, pero antes de esta conclusión se hace un trabajo que nos permite conocer mejor a X e Y, así como los contextos de origen de X e Y. 

De este modo, me parece que en el IRED la meta de la integración está presente como guía para la construcción de las entradas, pero se valora más, cuando comparado con la historia que he contado se da más tiempo, espacio, más recursos y más oportunidades al proceso. 

En este caso, el proceso para la integración de los conceptos psicoanalíticos usados en las tres regiones de la Asociación Psicoanalítica Internacional podrá ser un proceso de conocimiento y reconocimiento de las diferencias, podrá ser un proceso de escucha disciplinada por las diferencias. “Aprendiendo a través de las diferencias”, como se comenta muchas veces en los encuentros del IRED (Papiasvilli, 2017).

El proceso de construcción del diccionario, en su conjunto, también es un proceso integrativo, ya que se constituye en un continente para un determinado tipo de comunicación entre los psicoanalistas, cuando debaten conceptos y teorías, en los que se reclama una atención cuidada y una apertura a otros tipos de experiencias clínicas y a otros contextos culturales, sociales y lingüísticos. La idea es conectar el patrimonio científico de la IPA (Bolognini, 2021). Primero, presentar lo que desconocemos y después buscar conexiones con lo que desconocemos, como primer objetivo. 

A los psicoanalistas, considerados especialistas en escuchar a sus pacientes, nos cuesta a veces escuchar en otros contextos, fuera de la consulta, fuera del diván.  Nos cuesta abordar la alteridad y la diferencia en contextos institucionales o públicos.

En la “escucha organizacional” surge la paradoja de que “aparentemente la voz se puede ofrecer sin ninguna atención sobre si existe [o no] una articulación con un proceso de escucha” (Couldry, 2009, citado en Macnamara, 2020) por parte de otro sujeto.

“En la esfera pública (…) sorprendentemente se ha prestado poca atención a lo que supone escuchar” (Couldry, 2010).

La escucha es uno de los pilares fundamentales para la existencia de comunicación en cualquier contexto. ¿La palabra hablada y escrita de los analistas, fuera de la relación psicoterapéutica y analítica, en las instituciones de las que formamos parte, ha encontrado la contrapartida de la escucha? 

Se supone que debe estar ahí. Pero, por ser silenciosa y aparentemente “pasiva”, puede estar ausente durante mucho tiempo sin que esta ausencia se note. La comunicación se va convirtiendo en un simulacro.

Algunos autores acuñaron, para la escucha activa que espera combinarse con la voz que se hace oír, el término habilidad Cenicienta (Wein et al., 2013 citado por Aryadoust et al, 2020). Esta habilidad, a pesar de ser invisible, hace casi todo el trabajo importante en lo que se refiere a la comunicación.

Como psicoanalistas estamos bien capacitados para entender qué tipo de trabajo es este. Sin embargo, fuera de la consulta ¿en el espacio público?

 “Solo recientemente, a lo largo de los últimos años, la IPA ha demostrado una mayor capacidad de exploración y de tolerancia a la alteridad” (Bolognini, 2021).

En el cuento de Cenicienta, los enviados del príncipe iban por todo el reino con el zapatito buscando a una joven desconocida e invisible. El dispositivo creado permitiría comprobar si había alguna a la que le sirviera el zapato, identificando a Cenicienta. En la gran organización que es la IPA, se busca la ardua e invisible habilidad de la escucha de las perspectivas teóricas y conceptuales de otras regiones diferentes de las nuestras, diferentes de las que nos son familiares.

En mi opinión, la metodología de trabajo diseñada para el IRED parece ser un dispositivo capaz, un útil y precioso “zapato”, para buscar y saber si tenemos, como grupo, la capacidad de una escucha mutua que combine con lo que está ahí para ser escuchado.

Las diversas y ricas entradas del diccionario, que representan lo que piensan y elaboran teóricamente, a partir de la práctica clínica, los psicoanalistas de la IPA, están disponibles para consulta de los socios y de todo el público interesado en el psicoanálisis, como un área de conocimiento y en gran parte traducida a varios idiomas.

 

Referencias Bibliográficas

 

Aryadoust, V. et al (2020). Linguistics en Handbook of Listening. Worthington, D. L. and Bodie, G. D. Pp  139-161

Bolognini, S. (2021). IRED Panel at The IPA Congress, Vancouver. 15/11/2021. www.ipa.world   

Couldry, N. (2010). Why voice matters. Sage.

Macnamara, J. (2020). Listening for Healthy Democracy en Handbook of Listening.  Worthington, D. L. and Bodie, G. D. Pp 385-395

Papiasvilli, E. (2017). IRED Meeting of Consultants  20/01/2017.

 

 Cristina Fabiao
Miembro Equipo Europeo del IRED.
Analista didáctica y ex-directora  del Instituto de Psicoanálisis de Oporto, de la Sociedad Portuguesa de Psicoanálisis.