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Melanie Klein. Surgimiento y vigencia de su pensamiento
Ricardo Antar, Susana Bidolsky, Gregorio Garfinkel, Betty Korsunsky, Pablo Slemenson
Ed. Biebel, 2021

 

El libro que hoy presentamos no es un libro al uso. Este surge de la experiencia de transmitir el pensamiento de una psicoanalista original. Los autores, miembros de una cátedra del Instituto Universitario de Salud Mental (IUSAM) dependiente de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA-IPA), han aportado su particular manera de exponer el pensamiento de Klein, respetándolo. No es una transmisión impersonal, sino apasionada, es decir integrando Amor, Odio y Conocimiento, según la propuesta de Bion. Y porque hay pasión, el libro atrae. Los autores comunican sus propias ideas, reflexiones, interrogantes y vértices capaces de destacar núcleos fundamentales del pensamiento de la autora y de otros psicoanalistas cercanos. Sus contribuciones son capaces de estimular el interés para comprender el de Klein. Ella no está sola ante la exposición de su pensamiento, la acompañan otros psicoanalistas, desde Freud hasta Bion, Meltzer, Joseph o Aberastury y la experiencia clínica de los cinco coautores. 

He elegido presentar el libro respetando la organización del mismo, agrupado en tres períodos del desarrollo psicoanalítico de Klein. Serán las obras de la autora las que vertebrarán las etapas y los capítulos; en su momento mencionaré a los autores de cada capítulo, destacados psicoanalistas con larga trayectoria clínica con niños y adultos y con profunda vocación docente.

La primera parte del libro (1919-1932), comienza con la presentación de una breve y sugerente biografía de Melanie Klein que ilustra la vitalidad de una mujer valiente, intuitiva y luchadora. Presentación realizada por Ricardo Antar; él mismo, en el segundo y tercer capítulo presenta el tema de la actitud parental y el del significado del análisis temprano en el desarrollo infantil. 

La experiencia de la crianza de su hijo Erich, fundada en conocimientos psicoanalíticos, es un ejemplo de la valentía y de la perspicacia de Klein, como también el estímulo inicial para sus intuiciones. En ese abordaje se reflexiona sobre las necesidades educativas de los niños y se vislumbran los primeros pasos para la creación del análisis infantil. La curiosidad infantil encuentra su complemento pro desarrollo en la responsabilidad parental de responder con verdad a las preguntas, pero permaneciendo lejos de fomentar omnipotencia u omnisciencia. Erich conduce a Klein hacia la necesidad de postular la posibilidad del “análisis temprano”. 

En el cuarto capítulo, Betty Korsunsky nos introduce en el período en el que Klein exploró los problemas ligados al aprendizaje, particularmente las inhibiciones para el mismo. Fiel al pensamiento de Freud, el significado sexual placentero del juego atrae la represión y la inhibición. La importancia de las sublimaciones será ilustrada con las fantasías primarias. En el quinto capítulo, Antar abordará el verdadero manifiesto de las ideas kleinianas, tal como se revelan en los Principios psicológicos del análisis infantil de Klein. En el análisis de la pequeña Rita, entre otros, se vislumbra la existencia de sentimientos de culpa en un período anterior al de la existencia del superyó freudiano.  Aunque conserva los principios del análisis tal como los formulara Freud, ella afirma que en sus abordajes solo los está adaptando a la mente de los niños. Las variaciones irán emergiendo a medida que se descubran realidades primitivas de la mente infantil. 

En el sexto capítulo, Susana Bidolsky compara las concepciones que Ana Freud y Melanie Klein tienen sobre los niños. Se plantean las indicaciones y contraindicaciones del análisis infantil. Para Klein el análisis infantil no sólo es útil para superar perturbaciones del desarrollo, sino también para disminuir aquellos obstáculos que pueden entorpecer el desarrollo infantil. 

Betty Korsunsky, en el séptimo capítulo presenta el original y sugerente trabajo de Klein: La personificación en el juego de los niños. Personificar implica desarmar las identificaciones contradictorias del superyó para poderlas proyectar hacia el mundo externo, como hacen los niños en el juego.  Se plantea aquí el significado del término alemán Zerlegen que Klein emplea para nombrar el proceso de desarmar; en inglés: splitting, en español: escindir. Se aclara que Zerlegen es “una palabra de uso corriente en alemán, que en lógica y química quiere decir descomponer o analizar y, en mecánica, desarmar. Implica la noción de una desarticulación no destructiva que se realiza siguiendo las líneas naturales de separación de las partes y deja subsistente la posibilidad de reconstituir el conjunto por recomposición, síntesis o rearmado”.  Zerlegen evoca al “desmantelamiento” nombrado por Meltzer en otro momento.

Korsunsky, en el octavo capítulo aborda el tema de la formación simbólica a partir de los trabajos de Klein: La importancia de la formación del símbolo para el desarrollo del Yo y Una contribución a la teoría de la inhibición intelectual; desde ellos se plantea que para disminuir los síntomas e inhibiciones será necesario resolver las ansiedades primitivas. En el noveno capítulo Antar retoma el tema de las inhibiciones y presenta la necesidad de atenuar las ansiedades derivadas de un superyó amenazador para posibilitar el desarrollo del Yo y la adaptación a la realidad. Para tal fin analiza el texto de Klein: Situaciones tempranas de angustia reflejadas en una obra de arte y en el impulso creador, donde anuncia importantísimas ideas que encontrarán un pleno desarrollo con la postulación de la posición depresiva. Con este capítulo se cierra la presentación de la primera parte de la obra de Klein.

Con el concepto de posición, los autores abren la segunda etapa del pensamiento de Klein: 1933-1952. Gregorio Garfinkel  considera que “el concepto posicional debe calificarse como holístico porque esa concepción situacional depende en último término de una totalidad, no importa a cuántas parcialidades se refiera su contenido, ya que ninguna de ellas puede ser comprendida sino en función de dicha totalidad”. Con Una contribución a la psicogénesis de los estados maníaco-depresivos van tomando cuerpo teórico y relevancia los originales pensamientos de Klein. Ella parte de una concepción del Yo como algo inicialmente no integrado y explora las condiciones para la introyección y posterior identificación. La evolución desde los objetos parciales a los totales y la posición frente a los objetos determinará el desarrollo libidinal. Se está produciendo el cambio metapsicológico kleiniano. Antar lo presenta en los capítulos segundo, tercero y cuarto de esta segunda etapa. Con aguda observación, se van mostrando “las dificultades que experimenta el Yo cuando realiza la incorporación de objetos totales, que proceden de su aún –dice Klein– imperfecta capacidad de dominar, por medio de los mecanismos de defensa, los nuevos contenidos de ansiedad” que surgen en cada paso del desarrollo. La actitud ante los objetos, la ansiedad que se despierta y la cualidad de las defensas empleadas caracterizan a las posiciones que, según sean paranoides o depresivas, determinarán el modo de gestionar las pérdidas. Como dice Antar “el Yo se expone a las vivencias de pérdida pero también de recuperación tanto del objeto amado como del consuelo y la comprensión, es decir, el amor del objeto”. 

Pablo Slemenson, en los capítulos quinto y sexto aborda la metapsicología kleiniana a través de los aportes de J. Riviere, S. Isaacs y P. Heimann para centrarse luego en el fundamental artículo “Naturaleza y función de la fantasía” de esta última. El caso Richard y el de Rita servirán a Bidolsky como estímulos para explorar, en los capítulos séptimo y octavo, El complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas, permitiendo así una mayor comprensión del desarrollo sexual en su totalidad. 

En los capítulos noveno y décimo, Korsunsky aborda temas claves del pensamiento de Klein: la incorporación del aporte de Fairbain que transforma la posición paranoide en esquizo-paranoide, los estados de desintegración transitorios y la fundamental función materna para superarlos, las relaciones objetales esquizoides, la nuclear fantasía de la identificación proyectiva y su descripción a través de las vicisitudes de Fabian. 

En el onceavo capítulo, Garfinkel presenta temas fundamentales de la técnica psicoanalítica en la obra de Klein. Los temas de la fantasía inconsciente, la transferencia negativa y el origen de la transferencia son claramente expuestos. Con el doceavo capítulo se cierra esta segunda etapa de la obra de Klein. Antar ha elegido para ello la comparación entre modelos psicoanalíticos, refiriéndose a lo que llama “ciertas particularidades del diálogo entre las escuelas psicoanalíticas”.

La tercera etapa de la obra de Klein comienza en 1955. Los autores no le han puesto una fecha final. Melanie Klein moriría cinco años más tarde. En esos años obras fundamentales fueron escritas por ella, pero el pensamiento kleiniano no quedó interrumpido en 1960 sino que continuó y continúa desarrollándose. Así en el primer y segundo capítulo de esta tercera etapa, Bidolsky presenta Envidia y gratitud publicado por Klein en 1957. Y en los capítulos tercero, cuarto y quinto, Antar refiere obras tan significativas y sugerentes como Sobre el desarrollo del funcionamiento mental, Una nota sobre la depresión en el esquizofrénico, Sobre el sentimiento de soledad, Nuestro mundo adulto y sus raíces en la infancia, Sobre la salud mental y Algunas reflexiones sobre La Orestíada. Todas ellas son obras de gran actualidad clínica que siguen sorprendiendo a las nuevas generaciones de psicoanalistas y psicoterapeutas. 

Korsunsky, en los capítulos sexto y séptimo, explora la contratransferencia desde el vértice de Paula Heimann. Ella, tanto discípula de Klein como finalmente disidente, plantea un vértice diferente al modelo más freudiano de Klein sobre la contratransferencia. En el octavo capítulo Bidolsky presenta los fundamentos de la técnica kleiniana; una técnica con características particulares que llevan la marca surgida de la exploración de los dinamismos propios de la constitución del psiquismo temprano. Con las “Notas sobre el inconsciente, la pulsión y la represión en la teoría de Melanie Klein” de Bidolsky, en el noveno capítulo, se escriben las últimas páginas de este libro.

Hasta aquí he presentado un recorrido por los capítulos. Sé que no he nombrado el fundamental texto de Klein de 1946 Notas sobre algunos mecanismos esquizoides, pero pensé que era redundante hacerlo porque sus ideas atraviesan todo el pensamiento kleiniano y por tanto, al mismo libro. Ese texto no solo fecundó el pensamiento psicoanalítico durante unas tres décadas en Inglaterra, sino en el mundo de inspiración kleiniana y poskleiniano. Concuerdo, entonces, con lo expresado por los autores cuando dicen que “…los grandes pensadores siguen escribiendo en sus textos, que si bien permanecen idénticos en la letra, son redes arrojadas a lo desconocido pero intuido”. Hay autores y sobre todo textos, como el de Notas sobre algunos mecanismos esquizoides, que abren perspectivas capaces de transformar la teoría y la clínica. Pero arrojarse a lo desconocido para intuirlo, requiere estar acompañado por objetos internos que nos sostengan en las dudas, desalientos  y temores.  En este sentido, este libro es una buena red.

La organización en capítulos, que he respetado, deviene una guía, una red para avanzar en el descubrimiento de estados mentales tan primitivos como los descubiertos por Klein entonces. 

 

Carlos Tabbia
Doctor en Psicología por la Universidad de Barcelona
Psicoanalista, Miembro fundador del Grupo Psicoanalítico de Barcelona
tabbiadespacho@hotmail.com