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EL AUTISMO
Una perspectiva integradora y psicodinámica
Alberto Lasa Zulueta
Herder, 2022

 

Del libro que comentaré quiero destacar que es inédito por su aportación muy desmenuzada de la evolución del concepto y de la clínica del autismo, desde antes de Kanner hasta la actualidad, y por ser integrador de visiones psicoanalíticas y neurobiológicas. De tal manera que, siendo el autor un experto en autismo es también muy útil y recomendable la formación de los PIR y de los MIR en psiquiatría. Explica con mucho detalle y profundidad los estudios e investigaciones de Kanner y Asperger, de modo que podemos ver cómo evolucionan sus pacientes y ver las recomendaciones terapéuticas de ambos, que van en el sentido de un acompañamiento afectuoso y comprensivo a largo plazo, respetando su manera de ser y ayudándoles a integrarse en la sociedad aprovechando sus capacidades de forma nada intrusiva. Al leerlo me han parecido más psicodinámicos que conductistas como Lowas o los cognitivistas. Y después de muchos años, estos últimos empiezan a aplicarlo. Me he preguntado por qué tanta crítica a lo psicodinámico si Kanner y Asperger ya apuntaban la influencia psicobiológica y ambiental, como podían decir psicoanalistas como R. Diatkine o J. Ajuriaguerra.

Es muy interesante el apartado en que hace un recorrido histórico explicando con detalle las compresiones y aportaciones de diferentes psicoanalistas como M. Mahler, R. Diatkine, Mises, Ajuriaguerra. Cita los intersubjectivistas, que han observado la interrelación emocional de los bebés con el entorno y con ello ayudan a desarrollar maneras terapéuticas relacionales en los niños autistas. Nos habla de la psicosis infantil recogida por Mises, Diatkine y Ajuriguerra y hoy en día enmascarada dentro del amplio espectro autista o TEA, lo que permite aprender mucho de clínica, tratamiento y evolución.

Alberto Lasa consigue hablar de una psiquiatría integradora aportando conocimientos neurocientíficos, neurobiológicos, genéticos y epigenéticos. Señala el peligro de la “neurologización” y de la educación, esta última como modo terapéutico. Se extiende mucho en la influencia de la epigenética y ofrece datos muy interesantes.

A lo largo de la lectura del libro se deshacen mitos, como el de que los psicoanalistas culpamos a las madres y familias. Y se expone a la luz que los conductistas utilizaban métodos coercitivos agresivos, en los años 70 y 80, cosa que parecía que no hubiera existido.

Nos muestra la complejidad de los autismos, algo importante para el abordaje diagnóstico y terapéutico, y también la necesidad de un abordaje multi e interdisciplinario, tal como se realizaba en los hospitales de día o centros específicos terapéuticos educativos en Ginebra, Francia y unos pocos en España. ¿Qué se ha hecho de ellos? Hay una tendencia a ser invalidados en tanto que psicodinámicos en Francia y Suiza, aunque por suerte esto no ocurre tanto en España, sobre todo en Cataluña. Yo me pregunto y le preguntaría a Alberto Lasa: ¿cómo ayudar a las asociaciones de familiares que miren más hacia Europa de hace unos años, menos hacia América, que reflexionen sobre la mirada de Kanner y Asperger y dejen de creer en la integración en la escuela ordinaria y en abordajes exclusivamente educativos? A mí se me ocurre regalarles este libro.                                                                         

Lasa pone de relieve la importancia del diagnóstico y atención precoz, aprovechando la ocasión para explicar el desarrollo neuropsicológico en la relación bebés-padres o entorno. En este apartado he aprendido conductas del bebé normal que no conocía, muy interesantes. Afirma que el diagnóstico y atención precoz es lo que ha propiciado una mejoría notable en la evolución de los niños autistas.

Encuentro muy interesante la diferenciación que hace entre perversión y autosensorialidad, porque ayuda a comprender el funcionamiento autista.

Explica con detalle los diez programas validados y su visión crítica, porque como él dice, cada persona con autismo es un ser diferente en lo neurobiológico y en lo psíquico y no podemos hacer un café para todos.

Finalmente, quiero subrayar que, leyendo el libro, a pesar de su densidad en páginas, he disfrutado y aprendido mucho. Lo recomiendo a todos los profesionales de la salud mental, a maestros, a familiares y a quien conviva con personas TEA.

 

Llúcia Viloca Novellas, psiquiatra y psicoanalista de la SEP
Psiquiatra fundadora del Centre Educatiu terapèutic Carrilet de Barcelona