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Resumen

En la temporada 22/23, el Teatre Lliure de Barcelona presentó “Las amistades peligrosas” de Choderlos de Laclos, dirigida por Carol Lopez. La obra, publicada en 1782, exploró relaciones perversas en la aristocracia, siendo atemporal en la descripción de las pasiones humanas. A través de la narrativa epistolar, la trama reveló perfiles psicológicos detallados, centrados en la venganza de la Marquesa de Merteuil y la seducción de Valmont.
La Marquesa, despechada por un amante, buscó venganza convirtiendo el placer en motor. Valmont aceptó participar, ambos despreciando el compromiso amoroso explícito y utilizando la seducción como herramienta destructiva. La trama entrelaza la venganza y la seducción, llevando a la autodestrucción.
La obra reflexiona sobre la perversión narcisista, destacando la búsqueda desesperada de integridad psíquica a través de la destrucción de vínculos amorosos. La negación de la interdependencia revela cómo el placer en destruir conexiones afectivas es una forma de sobrevivir ante la dependencia natural de relaciones saludables.

Palabras clave: perversión narcisista, placer destructivo, seducción, Las amistades peligrosas, P. Choderlos de Laclos.

Abstract

In the 22/23 theatrical season, the Teatre Lliure in Barcelona premiered «Dangerous Liaisons» by Choderlos de Laclos, directed by Carol Lopez. Published in 1782, the play explored perverse relationships in aristocracy, proving timeless in its depiction of human passions. Through epistolary narrative, the plot revealed detailed psychological profiles, focusing on the revenge of the Marquise de Merteuil and the seduction by Valmont.
The Marquise, scorned by a lover, sought revenge, turning pleasure into her driving force. Valmont agreed to participate, both disdainful of explicit romantic commitment, employing seduction as a destructive tool. The plot interwove revenge and seduction, leading to self-destruction.
The play reflected on narcissistic perversion, highlighting the desperate quest for psychic integrity through the destruction of romantic bonds. The denial of interdependence revealed how finding pleasure in destroying emotional connections serves as a survival mechanism against the natural dependence of healthy relationships.

Keywords: narcissistic perversion, destructive pleasure, seduction, Dangerous Liaisons, P. Choderlos de Laclos.

Durante la temporada teatral 22/23 se estrenó en el Teatre Lliure de Barcelona “Las amistades peligrosas” de Pierre Choderlos de Laclos, una versión dirigida por la directora y guionista Carol Lopez.
Este evento brindó la posibilidad de revisitar la obra de este autor y poder adentrarnos en el universo de las relaciones perversas que se van desplegando en esta novela.
Es una obra —la única novela de este escritor, publicada en 1782— que suscitó un gran escándalo y rechazo, quizás porque describe de una manera descarnada una forma de vinculación presente en los círculos aristocráticos del momento, pero que en realidad, en mi opinión, describe una vinculación entre hombres y mujeres que es atemporal. Está presente en nuestros modos de interacción con intensidad diferente y penetra en todos los ámbitos del quehacer humano. André Malraux cita en su prefacio que cuando pasó a ser una obra menor y casi clandestina, Laclos se lamentaba de estas circunstancias porque su deseo era hacer que ésta siguiera resonando en la tierra cuando él ya la hubiese abandonado. Pensamos que sus deseos se cumplen. Esta novela describe cómo los seres humanos expresan sus pasiones, temores, amores y desamores, independientemente de las costumbres sociales y de la época..

Sobre el autor y la obra

Es la única novela de este escritor y es considerada la obra cumbre del siglo XVIII. Es una novela en forma epistolar en la cual el lector se sumerge en la intimidad de los pensamientos y emociones de cada uno de los personajes. Es un género que otorga a los personajes profunda veracidad. Conocemos a los personajes en primera persona, estilo que permite al lector adentrarse en sus temores, en sus anhelos, en su manera de relacionarse a través de la confesión íntima vertida en las cartas. Es el mismo lector, que al penetrar en el mundo interno de los personajes, va construyendo el perfil psicológico de cada uno de ellos. Los acontecimientos se producen entre agosto y diciembre, un tiempo relativamente corto en el cual se despliega una compleja e intensa trama emocional entre ellos.
La intensidad de esta trama relacional, siempre tan actual, ha inspirado a renombrados directores tales como R.Vadim (1959), M. Forman(1960) y S. Frears (1988) a trasladarla al cine. Asimismo, hay versiones teatrales con reconocidos actores internacionales.
En una primera lectura, podríamos apreciar una crítica al status de la mujer en aquel momento, relegada a una vida de esposa fiel o amante clandestina. A través del personaje central, la Marquise de Merteuil, defiende la igualdad de sexos, el derecho a tener una vida de placeres sensuales igual que los hombres y abandonar su lugar de sometimiento. Desde esta perspectiva, se podría decir que es una reivindicación feminista, pero si hacemos una lectura más detallada podemos identificar las vicisitudes de la relación entre una pareja, la Marquise de Merteueil y el Conde de Valmont, unida por un pacto perverso que utiliza la seducción para burlarse y destruir psicológicamente a sus víctimas. Esta actividad pactada es una manera de excitarse mutuamente y demostrar que tienen el poder de despertar sentimientos amorosos en los otros, sin caer en la debilidad de enamorarse.
Esta novela es un fresco detallado y vivaz de cómo se va tejiendo una relación perversa narcisista entre perpetradores y sus víctimas. Trataré de hacer algunas reflexiones sobre este aspecto. Reflexiones que sin duda serán insuficientes, por la limitación que exigen estos apuntes. El cruzamiento epistolar entre los personajes da cuenta de la inmensa riqueza descriptiva de la psicología de los personajes implicados y nos informa de la aguda capacidad del autor de adentrarse en la compleja trama perversa.

Argumento e interacción entre personajes

Los personajes no son solo personajes literarios que reflejan usos y costumbres de la aristocracia del siglo XVIII en Francia, sino que describen, tal como mencioné previamente, la intemporalidad de las pasiones humanas.
Hay una doble trama que se va desarrollando. La venganza de la Marquesa de Merteuil y la seducción por parte de Valmont de los dos personajes femeninos: Mme.de Tourvel, mujer casada, devota y de férreos principios morales y Cecile de Volanges, joven ingenua y virgen que abandona el convento para casarse. Se crea un entramado de pasiones que llevará a todos los personajes involucrados al desgarro autodestructivo.
Tanto la Marquise de Merteuil como el Vizconde de Valmont sienten el horror al compromiso amoroso explícito que los lleva a destruirse psicológica y físicamente. Ironizan y ridiculizan toda vinculación afectiva en los otros y en ellos mismos. La Marquise de Merteuil desprecia lapidariamente a los que pueden vivenciar sentimientos amorosos. Tal como lo expresa en una de sus cartas: “confunden el amor con el amante” o bien “el amor es solo un pretexto para los placeres sensuales.”
Ella ha sido humillada: un amante la abandona para casarse con una joven virgen y aristócrata recién salida del convento. Este hecho tiene un efecto devastador para su amor propio, no lo puede tolerar. Esta ofensa no la puede procesar y la convierte en venganza. El placer, ahora, será la venganza. Se revierte su posición de víctima, abandonada, objeto pasivo del desamor a una posición activa de dominar y destruir de forma vicaria las expectativas del amante que la rechazó. Esta herida de ser dejada por una joven la convierte en una reivindicación feminista: siente que está en pleno derecho de vengar su condición de mujer ante la opresión y dominación del hombre. Y, por tanto, el agravio recibido, lo canaliza a través de la crueldad que está presente en todas sus acciones. Y dice “no hay nada que me divierta más que una desesperación amorosa”. Es un recurso para anular su propia desesperación amorosa. Ya no es ella, sino la otra ( Cecile de Volanges). Por tanto, se ha desembarazado del dolor, del agravio, y eso le permite entonces sentirse superior e indemne a la pena y planear con frialdad la venganza. Experimentar y reconocer sentimientos amorosos es insoportable. Vaciar de sentido la posibilidad de una conexión con sus afectos, tanto con ella misma o con los otros, la preserva del derrumbe psíquico que significa no ser querida. Evita el derrumbe con una racionalización: “el amor es responsable del sometimiento de las mujeres”.
Le pide a Valmont, un ex amante, ser cómplice en su deseo de venganza. Valmont acepta. Es una marioneta en sus manos porque en el fondo quiere reconquistar a la Marquesa mostrándole sus habilidades seductoras y que, como ella, no se deja someter por los afectos. Se necesitan mutuamente, pero el no reconocer esta interdependencia entre ellos es lo que los lleva a la destrucción mutua. Porque no es el rechazo a amar, es el odio de amar lo que anima a los protagonistas. Los dos buscan liberarse de los afectos, de las vinculaciones. Tal como nos recuerda el título del libro de Stoller (1975) “La perversión, una forma erótica del odio”.
El plan de la Marquesa es que Valmont seduzca e inicie en el arte del amor a la ingenua Cecile, recién salida de un convento, de tal manera que cuando llegue al matrimonio con su ex amante, no encuentre a una joven virgen, sino a una mujer de segunda mano. Valmont quiere demostrarle con creces su fama de hombre de mundo, galante. Para él, seducir a Cecile es demasiado fácil. Se autoimpone seducir a Mme de Tourvel, que es una mujer de firmes principios religiosos y esposa fiel. Valmont dice al respecto: “Seducir a una mujer renombrada por su honor, su fe religiosa y su dicha matrimonial… ¿Qué puede haber de más prestigio?”.
La estabilidad emocional y la firmeza de convicciones de Mme de Tourvel lo excitan, intenta por todos los medios enamorarla para corromper sus convicciones, que finalmente la llevan a la enfermedad y a la muerte. En Valmont hay una doble motivación. Por un lado, tiene que mostrar a la Marquesa que es el seductor invencible. El premio es tener un lugar privilegiado a su lado. Necesita imperiosamente que Mme de Tourvel le restituya una imagen de sí mismo valorada y admirada, y al mismo tiempo destruir en ella las cualidades que representa: la lealtad a sus principios éticos y religiosos, la fidelidad a su marido, y el buen prestigio que tiene socialmente esta pareja. Necesita llevar a cabo la destrucción envidiosa porque le es insoportable que alguien represente la firme consistencia interna de unos valores psicológicos y éticos. Poco a poco, de manera persistente y continuada, va anulando las resistencias que presenta firmemente Mme de Tourvel, cuya resistencia y empeño de mantenerse en sus principios estimula aún más el empeño de seducirla. A diferencia de la idealización amorosa, donde predominan más los aspectos libidinales, la seducción perversa tiene como objetivo corromper y destruir aquello que para el seductor es una amenaza.
Valmont no se da por vencido, se siente estimulado, excitado. No es una conquista fácil, como Cecile. Ella, por su parte, va percibiendo a Valmont como alguien generoso y devoto consecuente con sus ideales.
Él, intuitivamente, descubre que es la manera que ella se fije en él y lo admire. También se presenta ante ella como alguien que necesita de comprensión y apoyo para su regeneración. Mme de Tourvel es una persona escrupulosa, generosa, que se pone a disposición del otro para ayudar, experimentando en esta acción inmenso placer. Es incapaz de percibir la falsedad de lo que él muestra. Hay un encuentro colusivo. Se necesitan recíprocamente. Él, sentirse admirado y ella, salvadora de este hombre de prestigio.
Él, hábilmente, crea un atractivo que capta el afán salvador. Se presenta como víctima de la incomprensión y de las dudas, de la veracidad de su amor hacia ella. Él no puede tolerar la consistencia de Mme de Tourvel y busca despreciarla, mientras que ella, en cambio, ha depositado en él su afán de cuidar, de entenderlo. Fácilmente, se culpabiliza, una culpa difusa, que le convence ser la causa del infortunio amoroso. Se siente injusta, sentimiento que genera en ella un sentimiento de protección.
La Marquise de Merteuil exige a Valmont estar informada de todos los pasos de ese proceso de corromper y burlar el amor de Mme de Tourvel. Va intuyendo que ya no es solo una simple conquista más de Valmont y busca recuperarlo, provocándole celos. Lo hace sentir celoso porque ella está celosa de todo lo que representa Mme de Tourvel.
Planea entonces generar celos en Valmont seduciendo al joven pretendiente de Cecile. Los efectos de tal plan tienen éxito y Valmont, dolido en su amor propio por sentirse desplazado, por perder el control sobre la Marquesa, no puede soportar que se interese por otro y se bate a duelo con su rival y muere.
Valmont muere en el duelo. La marquesa queda arruinada económica y socialmente y con su belleza estropeada por la viruela. Un personaje secundario comenta: “ahora tiene el alma en la cara”. Mme Tourvel muere enferma, Cecilia ingresa en un convento y el joven pretendiente marcha al exilio.
No es el rechazo al amor, es el odio a amar, el odio a unos vínculos amorosos en los cuales predominan los aspectos eróticos libidinales, lo que anima a esta pareja a estar unidos en un pacto perverso. En este interjuego del odio a sentirse vinculado a otra persona, sentir la necesidad de/o empatizar con, lleva a todos los personajes a la destrucción.

Conclusión

La perversión narcisista describe la búsqueda desesperada de la integridad psíquica. Necesita al Otro, aunque lo niegue y desprecie su relación. Trata al Otro como un objeto, pero no puede prescindir de él. Tal como comenta Llovet(2021), “requiere imperiosamente el Objeto sobre el cual proyectar la vulnerabilidad y restituir la idealización narcisista”. Le es vital para reasegurarse su estima y alejar así el pánico que genera el sentimiento de derrumbe psíquico. La víctima se siente a merced de una relación que va, poco a poco, destruyendo su sentido crítico, va perdiendo su seguridad, invalidando su Yo al ser permeable a los mensajes seductores y falsos.
Este placer en destruir las vinculaciones amorosas, en someter al otro, es una manera de sobrevivir, de preservarse del vacío psicológico que representa para estas personas tomar contacto con la dependencia natural de vivir en una interacción interdependiente saludable.

Referencias bibliográficas

De Laclos, C. (2015). Las amistades peligrosas.

Llovet i Planas, Pere. «La perversión narcisista». Intercambios, papeles de psicoanàlisis / Intercanvis, papers de psicoanàlisi, 2021, Núm. 46, p. 13-23, https://raco.cat/index.php/Intercanvis/article/view/397146.

Stoller R. (1975). La perversión, forme erótique de la haine, trad. franç., París, Stock, 1978.

Eileen Wieland
Psicoanalista SEP-IPA.
Docente del máster “Clínica psicoanalítica de la infancia y de la adolescencia” en la Universidad de Barcelona.
eileen.wieland@gmail.com

¹Versión ampliada y modificada de la intervención en el “Ciclo por amor a las artes”, que se realizó en la Filmoteca de Cataluña (2015).