Erich Fromm en Castellano: Síntesis y Guía de Lectura¹
Antoni Talarn, 2022
Agora Relacional. Madrid
El libro que nos ofrece tan oportunamente Antoni Talarn viene a cubrir lo que podríamos llamar una brecha generacional muy lamentable: en la época de juventud del autor y de muchos de nosotros, ¿qué estudiante de Psicología o de Filosofía y Letras no había leído los libros más conocidos de Erich Fromm, como El miedo a la libertad (1941)² o El arte de amar (1956)?³ En cambio, en su condición de profesor universitario que ejerce la docencia actualmente en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, Antoni Talarn constata que la gran mayoría de los actuales estudiantes de Psicología no conocen a Erich Fromm. Y en vez de limitarse a dedicarle algunas clases, emprende la tarea de hacer una lectura completa de toda la obra de Fromm publicada en lengua castellana, para elaborar este libro con el objetivo de estimular la lectura directa y el estudio de un autor que considera tan vigente hoy como lo fue cuando se publicaron sus escritos, a mediados del siglo pasado.
No es la primera vez que el autor contribuye a cubrir una brecha generacional muy lamentable ante el desconocimiento de un autor fundamental para la historia del psicoanálisis, si tenemos presente el valioso texto de introducción a la obra de Sandor Ferenczi[4] que nos ofreció en 2003. Tratándose de Erich Fromm, un gran humanista que tocó tantas teclas en su análisis sociopsicológico de las condiciones individuales y sociales del ser humano, es de agradecer la presentación por temas de los 153 trabajos traducidos al castellano (de un total de 400 trabajos originales) que permite abordar la ingente creación intelectual de Fromm de un modo estructurado, aunque no exhaustivo.
El libro se divide en cinco partes. En la primera nos ofrece una ordenación cronológica de estos trabajos disponibles en castellano, y una visión sucinta de su biografía, situada en su contexto, dando interesantes pinceladas sobre su personalidad, y las circunstancias de su entorno familiar y sociocultural, marcado por la tradición judaica de sus orígenes y la modernidad liberal de su ciudad (nacido en Frankfurt en 1900, estudiante en la Universidad de Heidelberg de historia, filosofía, ética, sociología e historia de la psicología, muy interesado por el pensamiento de Marx y Freud), y marcado por tragedias familiares (exilio ante el terror nazi, Segunda Guerra Mundial, larga enfermedad y suicidio de su segunda esposa), que resume refiriéndose a Fromm como “un hombre con fallas que desarrolló mecanismos de tolerancia y diversas vidas para casi siempre salir adelante de circunstancias familiares difíciles y para contribuir sustancialmente a su época y a la nuestra” (cita del que Talarn considera el mejor biógrafo de Fromm, L.J.Friedman)[5]
En la segunda parte, El Fromm sociopsicológico, aborda lo principal de su obra teórica y dedica casi 200 páginas a mostrarnos lo más destacado de ésta, fundamentalmente dedicada a vincular lo social con lo individual, y a hacer una crítica a fondo del modo en que hemos organizado la vida en la sociedad occidental contemporánea, que genera una profunda insatisfacción y una gran enajenación con respecto a la naturaleza humana. No es el primero en reflexionar sobre el malestar en la cultura occidental y capitalista, por supuesto: Freud y Marx lo han precedido y le han influido mucho, pero vemos la originalidad de Fromm cuando se diferencia de sus antecesores a la hora de señalar cuáles son para él las necesidades humanas básicas, más allá de las pulsiones sexuales y agresivas, o de las condicionadas por la organización socioeconómica: necesidades genuinas como la necesidad de relación versus el narcisismo, la de tener un sentido de identidad versus la conformidad gregaria, la de formarse un carácter individual versus el carácter social que hace actuar a los sujetos más conforme a las necesidades del sistema que a las específica y universalmente humanas. Es muy interesante la tipología caracterológica de Fromm, cuando distingue la orientación productiva de la improductiva y los tipos de carácter receptivo, explotador, acumulativo y mercantil. A los que añade el autoritario, necrófilo, aburrido y burocrático.
Talarn destaca la actualidad del pensamiento de Fromm para los que reflexionamos ahora mismo sobre el concepto de salud mental, cuando se pregunta “¿Está cuerdo el individuo adaptado a una sociedad loca?”. Y es que impresiona la lucidez con que Fromm toca cuestiones que interpelan a pensadores contemporáneos de renombre internacional como Bauman, Han, Sennett o Zizek, o a los psicoanalistas que nos planteamos interrogantes en nuestro entorno más próximo. Fromm es un psicoanalista de la sociedad de su época que plantea los rasgos de una “patología de la normalidad” en quienes viven adaptados a una nueva forma de explotación, la autoexplotación[6], porque han creído el mensaje que les han vendido de “querer es poder”, y si no triunfan se atribuyen la responsabilidad del fracaso, y viven enajenados de sí mismos, de sus sentimientos, de las personas y de la naturaleza.
En la tercera parte del libro, Implicaciones técnicas y terapéuticas, se presentan las reflexiones de Fromm sobre la práctica clínica del psicoanálisis y sus críticas al denominado movimiento psicoanalítico institucional. Talarn no coincide con aquellos psicoanalistas que no consideran a Fromm psicoanalista por su alejamiento de las ideas y el método freudiano. Deja claro que no es un psicoanalista ortodoxo, en la onda de Ferenczi y de su contemporáneo y amigo Sullivan, que desarrolló la idea del analista como observador participante. Fromm cambia este orden y se presenta como participante observador. Y es especialmente interesante leer cuáles son para él las cualidades de un buen analista, dando la máxima importancia a la relación entre terapeuta y paciente. Talarn aquí deja abierta la interesante cuestión de la neutralidad sobre los valores del paciente, cuando tenemos la tentación de actuar como promotores de un futuro mejor para la humanidad y convertir a los pacientes en militantes de nuestra causa. Fromm fue muy crítico con la visión del psicoanálisis como un movimiento, una nueva religión secular para una minoría que dirigiría a la humanidad.
En la cuarta parte, más breve, El Fromm empírico, se da cuenta de los trabajos de Fromm más sociológicos, sobre las actitudes de obreros y empleados alemanes en los momentos previos a la aparición del Tercer Reich, y posteriormente sobre los campesinos mexicanos cuando se enfrentan a la modernidad. Talarn hace una relectura contemporánea de estos trabajos para aplicarlos a la situación actual de nuestra sociedad. Y destaca la cualidad profética de Fromm que vivió en una época que pensábamos superada y en cambio, ahora, corremos el riesgo de ser tentados por soluciones totalitarias, de derechas o de izquierdas, cuando nos sentimos impotentes y desorientados tras el derrumbe de las grandes ideologías.
Y así llegamos a la quinta parte, El Fromm político, donde se revisan los numerosos escritos de Fromm sobre marxismo, humanismo socialista, política internacional, actitudes revolucionarias, etc. Y esta revisión nos conecta con cuestiones políticas que siguen siendo de actualidad hoy en día, desde la necesidad de ejercer un pensamiento crítico. Freud y Marx se propusieron, cada uno a su manera, explorar los determinantes inconscientes de nuestra manera de pensar y de vivir. Talarn nos recuerda que Paul Ricoeur acuñó en 1965 la expresión “maestros de la sospecha” para referirse a Marx, Nietzsche y Freud, y que después de ellos nada podrá ser pensado como antes. Nos explica que, igual que ellos, Fromm también sospechaba, y deja claros los puntos de concordancia y las diferencias entre ellos. Coincide con Marx en el concepto de enajenación, como se ve muy explícitamente en su obra de madurez, Del tener al ser (1976)[7] y, si bien entiende que la implantación del capitalismo ha conllevado ciertos beneficios para las personas, como una mayor libertad positiva o un crecimiento del pensamiento crítico, el individuo se ve ante poderes que se le escapan, como el de las grandes corporaciones, y se siente más solo, impotente y aislado. Nos dice que el sistema que convierte la actividad económica, el éxito y las ganancias materiales en fines en sí mismos, no se ocupa de la felicidad de las personas, sino sólo de su utilidad de cara a la producción y el consumo.
Talarn nos recuerda que Fromm murió en 1980 y por tanto no pudo contemplar las crisis globales que nos asolan en la actualidad, que convierten a nuestro mundo tan globalizado como desigual en una especie de enfermo crónico que confía su remedio precisamente al sistema neoliberal que lo está enfermando. Pero no se limita a hacer un análisis crítico del sistema, sino que propone avanzar por otro camino: el de un humanismo socialista. Muy preocupado, además, por la dinámica paranoide e irracional que nos hace recurrir sin cesar a las guerras, propone una serie de medidas que recomendaría implementar a “todos los hombres que amen la vida y quieran formar un frente unido a favor de la supervivencia”. Como dice en su libro ¿Podrá sobrevivir el hombre?[8]: “Hay tiempo todavía para anticiparse al desarrollo histórico próximo y para cambiar su curso. Pero si no actuamos pronto, perderemos la iniciativa, y las circunstancias, las instituciones y las armas por nosotros creadas se nos impondrán y decidirán nuestro destino” (1961, p. 297)[9].
Hacia el final del libro, Talarn menciona la idea de Fromm sobre el papel que deberían tener las mujeres en la humanización de la sociedad, cuando dice que un factor fundamental para lograrla es que las mujeres se liberen del dominio patriarcal. Y acaba con una cita de Alicia Puleo (2016), que ve el movimiento feminista como una base sólida para repensar no sólo las relaciones entre hombres y mujeres, sino nuestro modo de estar en el mundo, en armonía entre los humanos, con la naturaleza y con los animales no humanos.[10]
Recomiendo efusivamente la lectura de este libro, que nos permite conocer un poco más a un psicoanalista de amplio espectro, que impresiona por lo actual y próximo que resulta. Y su trayectoria desde la comunidad judía de Frankfurt hasta una visión humanista, de apertura universal y preocupado siempre por la convivencia humana y por la supervivencia de la especie.
Neri Daurella de Nadal Psicóloga clínica, psicoanalista, miembro de la SEP (Societat Espanyola de Psicoanàlisi)
¹Con prólogo de Ramón A. Mon. Epílogo de Francesc Sainz. Y colofón de Lluis Farré. Portada: retrato de Erich Fromm dibujado por Carlos Rodríguez Sutil
[2] Fromm, E. (1941), El miedo a la libertad, Barcelona : Paidós
[3] Fromm, E. (1956), El arte de amar, Barcelona : Paidós
[4] Talarn, A. (2003), Sándor Ferenczi, el mejor discípulo de Freud. Madrid: Biblioteca Nueva
[5] Friedman, L.J. (2013), The lives of Erich Fromm: Love´s prophet. New York: Columbia University Press. Traducción castellana: Los rostros de Erich Fromm. Una biografía. México: Fondo de Cultura Económica, 2016
[6] Concepto que retoma Byung Chul Han en Han, B-C (2014), Psychopolitik, Frankfurt am Main: Fischer. Traducción castellana: Psicopolítica, Barcelona : Herder, 2014
[7] Fromm, E. (1976), Del tener al ser, Barcelona: Paidós
[8] Fromm utiliza el término “hombre” en una época en que aún no se había entrado en la controversia actual sobre el lenguaje inclusivo, pero es evidente que se refiere al conjunto de los seres humanos.
[9] Fromm, E. (1961), ¿Podrá sobrevivir el hombre?, Barcelona : Paidós
[10] Puleo, A. (2016), Ecofeminismo, para otro mundo posible, Madrid:Cátedra
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