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Juan José Martínez Ibáñez nos dejó el 13 de marzo de este año. Había llegado con ilusión y esperanza al hospital. Listo para el esperado trasplante de médula ósea con el que tratar la enfermedad del último año. No superó el post operatorio.

Nos sorprendió a todos, a su esposa, a sus hijas, a la familia (su hermana viajó desde Argentina para ayudarlo, asegurando una donación de médula compatible para el trasplante), a los amigos, a los compañeros de profesión, a los alumnos, a los pacientes.

Conocí a Juan José en Barcelona, en la Sociedad Española de Psicoanálisis (SEP). En nuestra Sociedad impartió la conferencia “La transferencia es materna”, en una de las sesiones de los terceros jueves de cada mes. Fuimos compañeros de formación. Coincidimos en uno de los seminarios de Joan Coderch. Conectamos enseguida. Parecidos intereses científicos nos unieron desde muy pronto. Ocupaba la habitación de invitados en nuestra casa cada vez que venía a Barcelona.

Juan José, primero, estudió Arquitectura en su Argentina natal. Después en España se licenció en Psicología. Se analizó en Madrid con León Grinberg. Yo había supervisado con Grinberg en Barcelona. Esta casualidad nos unió de entrada. Siempre pensé que los desarrollos bionianos de sus conceptualizaciones teóricas, desde las que trabajaba, tuvieron su origen en este primer análisis. Vivió en Sevilla. Allí inició un análisis con Emilio Jiménez (analista de muchos de nuestros compañeros de Sevilla, miembros de la SEP).

Fue miembro de la Asociación Psicoanalítica de Madrid, APM (IPA), después también de la SEP (IPA).

En Sevilla fue presidente de la Asociación Sur de Psicoanálisis y Psicoterapia, asociación que aglutina en Sevilla a muchos de nuestros compañeros sevillanos de la SEP.

Con Juan José Martínez formamos parte de la Asociación Internacional para el Psicoanálisis y la Psicoterapia Relacional (IARPP). Asociación que acoge psicoanalistas que tienen en común:

—el foco de observación se coloca en la interacción analista/analizado.

—el desarrollo intrapsíquico es contextual.

—la empatía, que desarrolló Kohut, es una herramienta central en el trabajo con los pacientes.

Juan José participó en varios congresos internacionales presentando sus trabajos y/o organizando conferencias. En Sevilla invitó a Jessica Benjamín, una de las autoras contemporáneas que más ha aportado desde la perspectiva psicoanalítica relacional en la comprensión del dolor mental con una perspectiva de género.

Fue presidente de IARPP-España y miembro del Instituto de Psicoterapia Relacional (IPR). Fue el principal impulsor del GRiLPP (Grupo Relacional Ibero Latinoamericano de Psicoterapia y Psicoanálisis) buscando activamente expandir el pensamiento psicoanalítico relacional en lengua española.

Fue, también, cofundador de IAN, Asociación Internacional del Apego, entre cuyos miembros está su amigo y colega Mario Marrone.

Ye miembro de la Sociedad Psicoanalítica Británica (IPA). Durante un tiempo también abrió consulta en Londres. Creó en Sevilla el Centro de Psicoterapia Giralda con el método de trabajo MECER (estos desarrollos están en un libro que estaba preparando).

Autor de dos libros “Las dos edades de la mente” (2013) y “El enigma de la angustia” (2017). Ambas publicaciones forman parte de la colección Pensamiento Relacional que edita Ágora Relacional.

Le acompañé en la presentación de su segundo libro que se realizó en Barcelona, en la SEP. Fue un acto entrañable. Asistieron compañeros de la SEP y colegas que seguían su pensamiento relacional.

Las dos ideas centrales que están en sus libros son:

—reconocer el esfuerzo, en la interacción analista/analizado, como un valor terapéutico central.

—la angustia de crecimiento, una comprensión que ayuda a que la vida recupere el movimiento que estaba detenido con las experiencias de dolor mental.

Juan José Martínez Ibáñez, compañero de formación, compañero de profesión y, sobre todo, mi amigo, estuvo en muchos sitios, siempre generando preguntas y cuestionamientos en los que le escuchábamos. Un hombre libre. Él está presente en cada uno de los que le hemos conocido. Hay algo en mí de este hombre sencillo, estudioso y abierto al mundo que hablaba sin prejuicios.

Sus nietos Leo, Alma y Luna lo conocieron. Matías nació poco antes del trasplante. Las historias que Juan José nos contaba, de la vida, de lo que había leído, de lo que escribía, les llegarán también a ellos desde su esposa Reyes, desde sus hijas Vanessa (psicóloga y psicoterapeuta) y Rocío, en Sevilla.

 

Rosa Velasco
Psicoanalista de la SEP y expresidenta de IARPP-E
Barcelona, 13 de junio de 2024.