Título Original: Andið eðlilega
Premiada en la sección World Cinema del Festival de Sundance (Mejor director) Ísold Uggadóttir
“No he nacido para un solo rincón. Mi patria es todo el mundo.”
Séneca
“Y respiren normalmente” es una película islandesa que narra la historia de Lára, una mujer joven, trabajadora y madre soltera que vive en Reykjavik. Después de un pasado difícil, relacionado con algún consumo tóxico, Lára se enfrenta a la ardua tarea de estabilizarse en la sociedad. Ha agotado sus tarjetas de crédito y ha sido desahuciada de su piso. No tiene adónde ir, está viviendo con su hijo de seis años, Eldar, dentro de su automóvil. Tras una entrevista de trabajo, consigue un contrato de prácticas como oficial de seguridad de aduana en el aeropuerto de Reykjanesbær. Allí conoce a Adja, una mujer inmigrante que procede de Guinea-Bissau y busca asilo en Canadá. Después de que Lára señalara una discrepancia en el pasaporte de Adja, detienen a esta última y la separan de sus compañeros de viaje (su hija y su hermana).
Adja, inmigrante en Islandia, queda en una situación límite esperando la inevitable deportación a raíz de la alarma dada por Lára. En este momento tan crítico, tiene lugar un nuevo encuentro cara a cara entre ambas protagonistas. Eldar, el niño, se pierde en un campo. Adja lo encuentra y, lejos de tomar una represalia, lo cuida, acogiendo clandestinamente al niño y a su madre en su habitación. Y aquí comienza el desarrollo de una trama enriquecedora que contiene una contradicción. Adja es una mujer inmigrante que está sola en un país que no es el suyo y vive temporalmente en un centro de refugiados. Sin embargo, es capaz de acoger y dar cobijo a Lára, nativa y ciudadana de Islandia, cuidando incluso de su hijo, a quien acompaña, lleva a clase y defiende. En una escena tan simple como poner su abrigo al niño, el director muestra esta capacidad de protección de Adja con conmovedora maestría. Adja lo hace porque es capaz de hacerse cargo de los aspectos más necesitados de sí misma, y puede cuidar a su niño interior. Por esto puede también cuidar a Lára y a Eldar. Ajda siente la contención y compañía de su propia familia, a pesar de no estar físicamente a su lado, pues emocionalmente la tiene incorporada como un objeto protector en su vida. Una contradicción curiosa entre la realidad interna y la externa. Ella, Adja, es la inmigrante que pide asilo y libertad en un país ajeno, y mientras lo hace hospeda a una de sus ciudadanas islandesas. Es curioso que la mujer inmigrante de Guinea-Bissau ayuda y ampara a la mujer nativa de Islandia, cuidando además del hijo de ésta.
Mientras esto sucede, entre ambas se forma un delicado y enriquecedor vínculo de complicidad mediado por la maternidad de cada una y por las distintas necesidades de refugio y acogimiento que cada una presenta.
La contradicción se extiende porque Lára, de nacionalidad islandesa, por su parte, experimenta la sensación de ser una forastera en su propio país mientras lucha por superar las barreras sociales y culturales que le permitan encontrar su lugar en la sociedad. Finalmente, la incorporación de un objeto cuidador/protector alimentado por Adja le permite tener fuerza suficiente para salir adelante y ayudar también ella a su amiga en sus trámites burocráticos.
La soledad de las dos mujeres y el entorno marítimo de Islandia, con sus vastos paisajes agrestes y su océano, añaden fuerza al sentimiento de desolación que las atrapa y a la necesidad de libertad y de nuevas oportunidades para ambas. El paisaje da forma a los personajes. El deseo de libertad está muy presente en toda la película, así como la sensación de encierro constituido por las propias carencias materiales y emocionales, no solo por las fronteras políticas. Esto queda muy bien representado en el siguiente diálogo entre Eldar y su madre (Lára) cuando acuden a un centro de acogida para adoptar un gato. Al entrar, ambos ven que todos los animales estaban encerrados:
Eldar: – ¿Por qué viven en jaulas?
Madre: – Porque nadie cuida de ellos.
Eldar: ¿No pueden cuidarse ellos solos?
Madre: – No les dejan.
Eldar: – ¿Y por qué no?
Madre: – No lo sé. Alguien lo ha decidido así.
Eldar: – Debe ser raro vivir en una jaula
Lára recorre un proceso de crecimiento personal gracias a esta nueva relación con Adja, añadiendo aspectos más sanos y contenedores a su vida. El sentimiento de maternidad, transferida en movimientos entre ellas y con Eldar las une poderosamente.
Visualmente impresionante, la película muestra cómo las segundas oportunidades pueden conseguirse gracias a la perseverancia y la determinación. Nos hace plantearnos también que el crecimiento personal a través de una buena relación o un buen vínculo, se puede dar incluso en circunstancias muy adversas.
Esta película fue producida por Zik Zak Filmworks en Islandia y coproducida por la sueca Annika Hellström (Cinenic Film) y la belga Diana Elbaum (Entre Chien et Loup). Fue filmada en la península de Reykjanes en Islandia en el otoño y el invierno de 2016 durante un período de 28 días. Se estrenó en el Festival de Cine de Sundance el 22 de enero de 2018. Su estreno europeo tuvo lugar en el Festival de Cine de Gotemburgo 2018 en Suecia, donde recibió el premio FIPRESCI.